El safari puede ser la expresión máxima del viaje por África. Hemos visto centenares de veces imágenes de documentales y películas que transcurren en las grandes sabanas africanas, llenas de jirafas, elefantes, cebras o ñus, o bien persecuciones y cacerías de grandes felinos que atrapan alguna gacela desafortunada en la sombra de las acacias de copa horizontal. Poder vivir estas experiencias en primera persona es un recuerdo que perdurará para siempre en nuestra memoria.
Pero para tener una experiencia tan gratificante como sea posible, antes hemos de tener en consideración algunos aspectos muy importantes para que ningún problema nos estropee nuestra aventura:
- ¿Qué queremos conocer?
Cada Parque Natural o Reserva ofrece oportunidades muy diferentes para disfrutar de la vida salvaje: algunos son pequeños y boscosos, otros enormes con llanuras que se extienden más allá del horizonte; a veces los rebaños están compuestos por miliones de ejemplares, y otras veces hay que buscar pequeñas famílias de animales que se esconden entre la vegetación; podemos encontrar paisajes montañosos o desiertos que nos lleven hasta el mar...
- ¿Regresaremos?
Si el safari lo prevemos como un viaje único, que probablemente no volveremos a hacer en la vida, es mejor elegir un destino generalista, donde podamos encontrar una gran diversidad y una gran cantidad de animales; en cambio, si podemos disponer de nuevas oportunidades de pisar la tierra africana, es mejor optar por parques más pequeños y especializados, a la búsqueda de objetivos particulares.
- ¿Cuando tenemos que ir?
Hace falta informarse muy bien de las condiciones naturales del parque: si es temporada de lluvias o seca, si los animales han migrado, etc. Esto será decisivo a la hora de poder disfrutar de la mejor experiencia que nos puede proporcionar cada uno de los lugares, sin que el barro excesivo, la falta de animales o el calor excesivo nos arruinen la aventura.
- ¿Cuanto de tiempo necesitamos?
Esta es una cuestión muy discutible, ya que depende del tamaño del parque pero también de nuestra disponibilidad. La visita a una reserva en concreto puede durar entre 2 y 4 días, pero si nos hemos de desplazar entre diferentes parques, hemos de contar con mucho más tiempo ya que los medios de transporte son pesados o extremadamente caros.