El desierto del Kalahari se extiende por el sur de África, y ocupa gran parte de Botswana, el tercio este de Namibia y la mayor parte del norte de la provincia surafricana de Northern Cape. Es una vasta extensión de desierto de arbustos secos con muy poca agua donde la única sombra la proporciona algún ocasional baobab de hasta 60 metros de alto y 9 de diámetro.
En este durísimo entorno vive una tribu de cazadores-recolectores conocidos como los bosquimanos del Kalahari (también denominados San o Basarwa). De constitución magra y morenos de piel, son una gente pequeña, de apariencia delicada y que casi parecen asiáticos. Los hombres suelen tener una altura alrededor del metro y medio y las mujeres un poco menor; tienen brazos y piernas largos, y cuando se mueven lo hacen con una agilidad y flexibilidad que casi parece una danza.
Los bosquimanos visten pieles de animales, llevan el cabello corto y rizado y como ornamento tienen unos collares hechos con trocitos de caparazón de huevo de avestruz. Son prudentes con los extranjeros y viven en pequeñas cabañas en forma de cúpula llamadas scherms modeladas con hierbas, en poblados conocidos como werfs. Son unos de los primeros habitantes de Sudáfrica y hablan un lenguaje "clic" que es extremadamente difícil de aprender porque muchas de sus palabras consisten en agudos pops y clics hechos con la lengua en varias partes de la boca.
Los bosquimanos son uno de los pueblos más primitivos que viven en la tierra. No forjan metal sino que permutan las herramientas metálicas con sus vecinos, ni cultivan la tierra porque su territorio es demasiado árido. La tierra tampoco soporta la ganadería, así que sobreviven recogiendo frutos y raíces y cazando. Su presa principal es el antílope, que matan con flechas mojadas en un veneno que extraen de un cierto tipo de gusano.
El estilo de vida de los bosquimanos hace que estén continuamente viajando pero normalmente se limitan en el área de su propio grupo, que puede llegar a extenderse unos cuántos centenares de kilómetros cuadrados y en la cual cada colina, arbusto o piedra es conocida y tiene su propio nombre.
Los pueblos bosquimanos no tienen líderes o reyes, si bien algunos grupos pueden tener un jefe. Viajan en pequeños grupos familiares de una veintena de personas, en el cual puede haber un viejo y su mujer, sus hijas y los maridos e hijos de estas y algunos hijos solteros. Son polígamos, y pueden tener tantas mujeres como puedan mantener, aunque es difícil que tengan más de dos.
La supervivencia de la tribu en medio de la escasez y sequía del Kalahari depende de que todos compartan y empujen juntos, y sus posesiones circulan entre todos para eliminar los celos y la discordia y por el beneficio general de todos.
La Danza Medicinal
Después de la iniciación a la edad adulta cuando han matado su primer animal macho (antílope, conejo …), casi todos los hombres se convierten en hombres-medicina, si bien sólo aquellos que tienen un poder de cura más fuerte suelen practicar.
Las danzas medicinales son vistas como la forma en que los bosquimanos se protegen de las fuerzas oscuras y preservan la tribu de la hambre, la discordia, la enfermedad y la muerte. Duran toda la noche y son un gran acontecimiento social y un ritual muy importante.
Cuando el hombre-medicina baila, la medicina empieza a funcionar en su cuerpo y es exaltada hasta un nivel que se vuelve poderosa por el bailarín y por el corazón del fuego alrededor del cual baila. Cuando el hombre-medicina cae en tránsito, con fuertes espasmos y chillidos, y pone los ojos en blanco, o se roza la cara con el rescoldo al rojo vivo sin quemarse, todo esto son signos de que la medicina está a punto. Él tiene entonces el poder de expulsar el demonio y curar la enfermedad que han traído al pueblo los espíritus de la muerte.
A menudo, el espíritu del hombre-medicina sale de su cuerpo y se va a encontrar al demonio que está causando los problemas. Esto hace que el hombre-medicina caiga al suelo puesto que no hay nada que lo aguante. Cuando cura alguien se lava las manos a las llamas y las pone encima la persona enferma para echar el demonio. Entonces el grita y lo envía a través del aire de regreso con los espíritus de la muerte de donde provenía.
Cuando los hombres danzan, las mujeres cantan las canciones-medicina. Son canciones sin palabras regaladas a los bosquimanos por el grande Dios. Los espíritus de la muerte son sus mensajeros, que envían a una persona cuando duerme.
Las mujeres se sientan en un círculo y pican de manos y cantan las canciones mientras los hombres bailan y pican de pies al contrapunto de los ritmos del canto y la música. Los bailarines traen ligados a las piernas unos sonajeros hechos de cocos rellenados con caparazones de huevo de avestruz, con lo cual añaden una fuerte textura rítmica a sus patrones infinitamente complejos.
El destino de los bosquimanos del Kalahari
Los bosquimanos generalmente han sido fácilmente explotados por su naturaleza sumisa. Evitan la confrontación y prefieren correr, esconderse y esperar antes que luchar. Su supervivencia en el hábitat tan duro donde viven es tan delicada que no tienen energía para pelearse entre ellos ni con otra gente y no tienen ninguno otro sistema para manejar los desacuerdos que hacer desaparecer la causa del conflicto. También miran a los europeos y los bantúes como seres superiores, ambos por su gran altura en comparación con ellos mismos y por la enorme cantidad de posesiones que tienen. Consecuentemente, los bosquimanos se sienten abrumados y temerosos y siempre se someterán a los que ellos ven como un superior.
La intromisión en las tierras tradicionales de los bosquimanos de los granjeros blancos y bantúes ha traído a fricciones entre ellos; el estilo de vida "cazador-recolector" de los bosquimanos no encaja con la propiedad de la tierra y el valor más preciado de todos: el agua. Como su estilo de vida se ha vuelto progresivamente más difícil, algunos bosquimanos han tenido que probar de trabajar en las granjas de los agricultores locales. Normalmente se los paga muy mal por su trabajo e incluso suelen ser estafados y explotados por sus empresarios.
La vida tradicional de los bosquimanos es actualmente practicada por muy pocos. Los bosquimanos del Kalahari han sido reubicados desde sus poblados a la reserva del Kalahari central hasta nuevos asentamientos en el exterior. El gobierno de Botsuana dice que los quiere trasladar para mejorar sus vidas, pero ellos aseguran que desde que los han desplazado a los nuevos asentamientos no les ha llegado el desarrollo que el gobierno les prometía. Finalmente, al 2007, los bosquimanos ganaron el litigio que habían iniciado contra esta política y el gobierno de Botsuana les tiene que devolver sus tierras renegociando nuevos asentamientos y derechos para el pueblo bosquimano.