Pequeños consejos para el primer viaje a África

Aunque la mayor parte de recomendaciones pueden ser válidas para viajar a cualquier lugar del mundo, África conserva unas características especiales que necesitamos tener presentes. Ser consciente de esto nos ayudará a disfrutar del viaje, a aprender mucho y a contextualizar cosas que, de otra forma, nos podrían causar cierta desazón.

Aunque la mayor parte de recomendaciones pueden ser válidas para viajar a cualquier lugar del mundo, África conserva unas características especiales que necesitamos tener presentes. Ser consciente de esto nos ayudará a disfrutar del viaje, a aprender mucho y a contextualizar cosas que, de otra forma, nos podrían causar cierta desazón.

 

Cuestión de actitud

Si es la primera vez que viajas a la África subsahariana, prepárate para un enorme choque cultural. Los estándares a los que estás acostumbrado en servicios, comodidad, higiene, las olores, los colores, etc., todo te resultará extraño y necesitarás tu tiempo para adaptarte.

Tu actitud es muy importante: no compares lo que encuentres con aquello que tendrías "en casa"; mantén la mente abierta y despierta; no juzgues; ten curiosidad para todo aquello que no conozcas, mantén precauciones pero no dejes que una tensión excesiva o un miedo desproporcionado te arruinen el viaje.

En muchos sitios, serás el centro de atención, aunque no quieras. La mayor parte de la gente te mirarán divertidos o extrañados, con ingenuidad, sin esperar nada más que satisfacer tu curiosidad. Puedes sentir al principio esta atención como amenazadora, pero normalmente es inofensiva. Aprende a ignorarla.

 

La mendicidad

La diferencia de tus recursos económicos con los de la mayor parte de la población son enormes y encontrarás niveles de pobreza desconocidos para ti: esto provocará que mucha mendicidad se te acerque con la esperanza de conseguir alguna cosa. Obviamente, no puedes dar a todo el mundo, ni seria bueno que fuera así. Si das dinero a un niño, probablemente irán a parar directamente a los bolsillos de sus padres o a cabecillas de la banda, y conseguirás que te vengan muchos más a reclamar su parte. Si quieres, puedes intentar dar algo de comer o golosinas, pero si el sentimiento de culpa es insoportable, siempre puedes hacer donaciones a entidades que  trabajan sobre el terreno y que sabrán como invertir este dinero de forma efectiva.

 

Estafas varias

Aunque te insistan sin desfallecer, todo aquello que te ofrezcan "gratis" al final te resultará muy caro. Nadie te regalará nada. Un paseo, un guía, una taza de té... todo esto fácilmente puede estar orientado a terminar visitando una tienda de algún pariente, a la exigencia de una propina desproporcionada o al intento de colocarte productos o servicios que no deseas ni necesitas. Normalmente se trata de gente pobre que intenta buscarse la vida aprovechando la ocasión, sin mala intención.

Ahora bien, siempre puede haber quién tenga planes más elaborados e intenciones menos claras. Cuando encargues cualquier servicio o adquieras un objeto, haz que quede claro el precio o el coste pactado, repítelo tantas veces como haga falta hasta que sea aceptado claramente por el interlocutor. Y sobretodo, no pagues hasta que tengas aquel objeto o te hagan proporcionado el servicio de forma satisfactoria.

El principal riesgo se concentra en el momento de la llegada, cuando estás desconcertado y no dominas los usos y costumbres del lugar ni el valor de las cosas más simples. Si coges un taxi, procura que sea oficial, y que el precio sea claro. Si le das la dirección de un hotel y dice que lo desconoce, o bien que ha cerrado, que está lleno, que es demasiado caro o que está en una zona peligrosa, no te preocupes: cambia de taxi. 

Vale la pena gastar un poco más en la primera noche en una ciudad e ir sobre seguro. Ya tendrás tiempo de adaptarte. Desconfia de grandes ofertas o gangas que no puedes contrastar. Por tanto, reserva el hotel con anticipación sobre informaciones seguras y contrastadas.

Para cambiar divisas, no lo hagas en el mercado negro. No solo se trata de una actividad ilegal en la mayoría de países, sino que el riesgo que te estafen, que te coloquen moneda falsa o directamente te roben, no compensa la diferencia que te aseguran que hay con la tasa de cambio que encontrarás en un lugar oficial.

Procura tener siempre moneda pequeña. Los billetes de gran valor sólo te pueden llevar dificultades y atraer gente poco deseable.

Si haces algún pago con tarjeta, no la pierdas nunca de vista. El comerciante tiene que ver que tienes enfocada toda tu atención.

 

Seguridad

Hay que aplicar el sentido común y sólo extremar un poco las medidas que tomarías en cualquier gran ciudad de nuestro entorno:

- Las zonas rurales suelen ser más seguras que las urbanas. Infórmate de los barrios o calles que tienes que evitar en cada ciudad.

- En caso de necesidad, confia antes en una família que en individuos solos.

- Evita las aglomeraciones multitudinarias (manifestaciones, avalanchas...) Si tienes que participar o quieres asistir en algún evento cultural, religioso o deportivo que agrupa un gentío, ten los ojos bien abiertos.

- Asegura siempre la bolsa o mochila en el cuerpo. Utiliza bolsillos o compartimentos "secretos" que tienen muchos pantalones o cinturones para llevar una reserva de dinero o la documentación. Intenta distribuir el dinero en diferentes lugares seguros, no los concentres.

- Usa fotocopias de los documentos (pasaporte, visados) a no ser que te exijan el original, y cuelga una copia de todos tus documentos de viaje a internet para poder recuperarlos en caso de necesidad. Con un mensaje de correo a uno mismo normalmente es suficiente.

- Procura no dejar tus bienes (equipaje, coche de alquiler...) a cargo de algún desconocido. Fácilmente puede desaparecer.

- Evita salir en altas horas de la noche y, cuando sea oscuro, nunca pases por calles solitarias o poco iluminadas. En caso de problemas, prioriza siempre tu seguridad personal.

 

Ropa

Intenta no llevar ropa demasiada llamativa ni de alta calidad. Prioriza la comodidad y ten siempre presente la posibilidad de ensuciarte.

Si te informas bien sabrás las necesidades de ropa en cada lugar que visites: aunque en la mayor parte de los países africanos suelen tener habitualmente temperaturas muy elevadas, esto dependerá de cada zona en concreto, la época del año, la altitud, las lluvias...

El calzado también dependerá de las necesidades de tu viaje. Vuelve a aplicar el criterio de la comodidad. Podrás llevar calzado abierto si hace mucho calor y el terreno es llano, pero cuenta con calzado resistente y de suela dura y con relieve si tienes que hacer senderismo o trekking.

Si puedes, procura llevar bastantes bolsillos en los pantalones o en la armilla. Te pueden ser muy útiles.

La ropa de algodón suele ser más resistente y fresca. ¡Sobretodo no te pongas nunca calcetines de lana!

Seran indispensables algunos accesorios: gafas de sol, una gorra o sombrero, un pañuelo de cuello imprescindible para el polvo, etc.

 

Salud

Las condiciones higiénico-sanitarias pueden ser bastante precarias dependiendo de las comodidades en las que viajes. Sigue estrictamente las recomendaciones que te hagan los servicios de medicina tropical que te correspondan y, sobretodo, las vacunaciones obligatorias para cada país.

En general, seas cuidadoso en situaciones o contactos que puedan producir contagio: picaduras de insectos o mordiscos de animales, bebidas y alimentación, MTS, infecciones de heridas o por mucosas, etc. Ten precaución igualmente con las insolaciones protegiéndote  con ropa adecuada y crema de alto nivel de protección.

Ten a mano un botiquín con los medicamentos genéricos (antisépticos, antiinflamatorios, antihistamínicos, antidiarreicos, etc.) y los específicos que puedas necesitar preparados, con su receta correspondiente. También material de primeros auxilios para pequeñas afecciones o heridas. 

¡Piensa siempre que un problema de salud puede arruinarte el viaje por pequeño que sea!

 

Infórmate bien

Para evitar sorpresas o decepciones, intenta informarte bien antes de decidir tu viaje. Ponte en manos de especialistas que conozcan bien las distintas posibilidades y circunstancias y evita consejos bien intencionados de personas que quizás tengan un conocimiento parcial o sesgado en función de experiencias personales que nunca seran las tuyas.

En todo caso, tienes que saber qué quieres ver (culturas tribales, paisajes, vida salvaje, etc.) antes de saber a dónde tienes que ir, cuándo tienes que ir, de qué forma y cuánto tiempo tienes que dedicar.

África es un continente que te enamorará, ¡y sentirás su llamada para siempre!